¿Por qué este año fue tan particular la negociación?
Desde antes que comenzara, se sabía que la concertación del incremento del salario mínimo estaría complicada, pues 2022 ha sido marcado por una creciente inflación, lo que plantea la necesidad de subir significativamente este ingreso, pero también el reto de los empresarios para asumir esta alza en sus costos de operación el próximo año.
Faltando un día para que se les terminara el plazo, la mesa de concertación no había llegado a un acuerdo. Según lo comunicó el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Jaime Alberto Cabal.
Cabe recordar que este año, por primera vez en la historia de la concertación, los empresarios optaron por no presentar una cifra en la mesa. El argumento que en su momento empleó el presidente de la ANDI, Bruce Mac Master, es que el panorama macroeconómico es tan complejo que preferían no poner un piso en la negociación, sino usar el techo del 20 % de incremento que propusieron las centrales y sobre ese concertar una cifra unificada.
Los argumentos que han empleado los representantes de los trabajadores, son que es indispensable, y hasta conveniente, que quienes dependen del salario mínimo reciban un aumento considerable; no solo porque la inflación de este año castigó en sobremanera a su poder adquisitivo, sino porque la economía podría entrar en un enfriamiento y desaceleración mayor, pues al no haber dinero para comprar cosas, las empresas tampoco venderían, lo que a largo plazo empeoraría aún más el panorama macroeconómico del país.
El fuerte impacto de la inflación hizo que esta concertación fuera atípica. El más reciente dato del DANE muestra que este indicador registró una variación anual del 12,53 % en noviembre, lo que consumió el aumento del salario mínimo que se le dio el año pasado a los trabajadores, que fue del 10,07 %.
Ante el complejo panorama macroeconómico que persiste, no solamente en Colombia sino en parte de las principales economías del mundo, el reto que tuvo la mesa de concertación este año fue el de mitigar los riesgos para que la inflación no le vuelva a quitar el poder adquisitivo a los trabajadores que dependen del mínimo.
Por eso, la cifra de incremento pasó a un segundo plano, los empresarios ni siquiera presentaron una en el tiempo estipulado, y las conversaciones se centraron más en diseñar estrategias para mitigar el coletazo de la inflación en 2023.
La desindexación de más de 200 productos del salario mínimo fue la iniciativa más ambiciosa, pues planteó la importancia de que no todo subiera al mismo ritmo del incremento salarial. Ejemplo de esto son las multas de tránsito, que desde el primero de enero se incrementarán con base en las Unidad de Valor Tributario (UVT, la cual varía anualmente con base en la inflación); también están las cuotas moderadoras que se cobran en el servicio de salud y otros cobros relacionados a rubros como vivienda, agricultura y justicia.